viernes, 19 de marzo de 2010

Ventaja Comparativa

Las ventajas comparativas absolutas resultan del tamaño de la población, de la posición geográfica y de los recursos naturales de un país.
Las ventajas comparativas relativas son dinámicas y pueden ser desarrolladas mediante políticas diseñadas e implementadas para el logro de ese objetivo.
El problema de muchos países en vía de desarrollo es que sus ventajas comparativas absolutas y relativas se hallan en actividades que no son de alta rentabilidad, o que no estimulan la formación de “clústers”, es decir, de grupos de empresas relacionadas, proveedoras de insumos o de procesamiento de sus productos que se alimentan mutuamente.
Los países menos desarrollados son productores de materia prima que están sujetas a variaciones bruscas de demanda y de precio; evidentemente, si cae la demanda del producto de un país, de poco le sirve tener ventaja comparativa en su producción, ya que no puede aprovecharla porque al ser productores de bienes primarios sufren grandes variaciones en sus ingresos y en la recaudación fiscal.
Un país que se propone escapar del subdesarrollo debe recordar que las ventajas comparativas relativas son dinámicas y pueden desarrollarse en áreas de la economía donde previamente no existían. Para ello necesita diseñar e implementar políticas que apunten al logro de ese objetivo.
Alemania, con incentivos del Gobierno, está creando ventajas comparativas relativas en la producción de tecnologías denominadas verdes por ser favorables al medioambiente. Brasil no hace muchos años solo tenía tres o cuatro productos de exportación, entre los que destacaban el café, pero logró una impresionante diversificación, no solo en la agricultura, sino también en la producción industrial. Sus gobiernos han impulsado el desarrollo de ventajas comparativas relativas en diferentes sectores de la economía, incluyendo la aeronáutica. En efecto, la creación por el gobierno de la empresa Embraer permite actualmente al Brasil exportar aviones a varios países del mundo, incluyendo los Estados Unidos Careaga, R. (2009)
La teoría de las ventajas comparativas relativas formuladas por David Ricardo es más apropiada para entender la tendencia a la especialización, pero casi siempre se presenta en forma estática y se la usa para justificar seguir haciendo lo mismo año tras año, también se la usa como argumento a favor del comercio libre sin prestar atención a los supuestos que deben darse para su validez, convirtiéndola así de teoría en ideología. La teoría sostiene que el intercambio comercial entre países es ventajoso, a pesar de que puedan haber marcadas diferencias de productividad entre los mismos, cada país debería especializarse en la producción de bienes o servicios con menor costo de oportunidad y obtener los demás productos mediante el intercambio comercial. Producir todos los bienes que la población desea, independientemente del costo de oportunidad, es ineficiente, mientras que la especialización es eficiente y con el intercambio todos salen ganando; uno de los supuestos es la existencia de pleno empleo.
Para el desarrollo de ventajas comparativas relativas en actividades con mayor potencial de crecimiento e ingresos, es necesario una política de apoyo mutuo entre los varios estamentos de la sociedad, específicamente, es necesario que el gobierno, el sector privado y los centros de educación colaboren estrechamente.
Se debe fomentar una relación simbiótica entre estos grupos en pos de objetivos acordados. Los empresarios deben apoyar la labor de los centros educativos e institutos de investigación, otorgar prácticas remuneradas en sus empresas, opinar sobre el currículo de los diversos programas de estudio e interesarse en la calidad de la educación. No es razonable que el empresariado espere que toda la responsabilidad de formar a sus futuros trabajadores recaiga exclusivamente sobre el estado y sobre los padres de los alumnos. Una forma de aporte de los empresarios que no muy costosa y de gran beneficio, es dar becas para el estudio del inglés en los varios centros especializados; la utilidad del manejo del inglés es innegable, ya que este idioma funciona como lengua franca. Los europeos, asiáticos y africanos estudian inglés y se comunican con el resto del mundo en este idioma; el conocimiento del inglés abre puertas a nuevos conocimientos de todo tipo, incluyendo el técnico y científico al que cualquiera puede acceder a través de internet. Careaga, R. (2009)

Bibliografía.
Careaga, R. (2009), Competitividad y ventaja comparativa dinámica, leído el 11 de marzo
de 2010 en el sitio Web:
http://www.abc.com.py/2009/12/17/nota/55678-Competitividad-y-ventaja-comparativa-
din%C3%A1mica/